En un principio mi idea fue aro oé y después pá aparcar qué (clara alusión a un personaje colega de todos nosotros del que vamos a omitir el nombre), bueno continuemos, después de varios tira y afloja me logró convencer, ya que me dijo que íbamos a la caseta del Guille y la Mili, la verdad que ir a Sevilla no me apetecía nada pero esa caseta tiene algo especial, y es que te puedes encontrar gente de lo más variada, además los anfitriones son calidad pura, el es como Juan Tamariz (pero en guapo pischa) y ella como Carlos Arguiñano (también en guapa toti
Bueno, después de recorrer ese nuevo camino que lleva a la casería sevillana, llegamos a la caseta que estaba ya empetá de gente, llegamos y le propuse a la parienta el ir tomando unas tapitas, las cuales comenzaré a relatar:
Para empezar, nos pedimos unas aceitunas sevillanas, unos pinchos de tortilla y unos chupitos de salmorejo,
que la verdad que estaban de miedo si no fuera por el coñazo que me dio una pareja de feriantes pá que les comprásemos flores y jugásemos al juego de la pelota y los cartones de tabaco,
además de que el feriante no veas como le daba al rebujito. Al final, les tuvimos que invitar a comer algo, pero es que los pobres tenían pinta de tener un poco jambre.Después de este picoteo, optamos por tomar algo más consistente como pavía de merluza y chicharrones,
también estaban de miedo, pero no sé que pasaba en esa caseta que en esta ocasión se nos apalancó un sevillano pijo y su señora que a mí me recordaba, es más era igualita que el Gambrinus el de la Cruzcampo, si me la encuentro dos horas más tarde igual me creo que es una aparición de ese nuestro Dios, pero dado que solo había probado del líquido elemento en un par de ocasiones, 
me dí cuenta que esta señora era igualita al de rojo, es más era tan parecida que las cervezas nos salían gratis.Por último, ya que el pijo se estaba hartando de meterle mano a su señora Gambrinus,
decidimos ir al fondo de la caseta y cual fue nuestra sorpresa que nos encontramos comiendo montaditos de pringá
y "ternera como rabo de toro" con la Duquesa de Alba y su niño el de los caballos, tal y como oís, allí estaban los dos con una media taja del carajo y hartándose de productos de la tierra. .
La verdad que a esta gente cuando los ves en la tele te los imaginas muy estirado, pero no sé si serían los cubatas o qué sé yo, pero los dos eran de lo más llanos, eso sí se les notaba la sangre azul
En un momento de tranquilidad en la caseta pudimos hablar con los anfitriones, Guille y Mili, que nos dieron a probar una nueva versión y por cierto muy acertada de los famosos mostachones de Utrera, algo maravilloso al paladar y con una textura inigualable.
Bueno, después de hartarnos de mostachones la caseta era ya un descontrol total y yo pensando que después teníamos que volver a la Isla, pero con semejantes personajes alrededor no pude sino que entablar conversación con todos ellos, naturalmente regado por líquidos provenientes de Escocia con mucho hielo y Coca Cola, de todas formas fui de los primeros en marcharme a casita, además corre una leyenda urbana que cuenta que no veas como iba el Cayetano que le entró a la duquesa de Alba y tó.En definitiva, maravillosa velada con personajes pintorescos y extraordinarios momentos, muchas gracias y un saludo a todos los personajes reales o de ficción que aparecen en este comentario.
SALUD
By Manolo y Pet
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